Ut Ómnibus Glorificetur Deus (para que en todo sea glorificado Dios).

Santa Regla de San Benito, capítulo 57.

sábado, 2 de febrero de 2013

contricción de corazón



Te he mostrado, carísima hija, cómo la culpa no se expía en este mundo finito por ninguna pena que se sufra, por ser pena. Se expía con la pena que se sufre junto con el deseo, amor y contricción del corazón, no en razón de la pena, sino del deseo del alma; lo mismo que el deseo y toda virtud tiene valor y vida en sí por medio de Cristo, mi Hijo unigénito, en cuanto que el alma se ha ganado su amor y por medio de la virtud sigue sus huellas. De este modo tiene valor, y no de otro. Por la misma razón, las penas satisfacen por la culpa a causa del amor dulce y unitivo, adquirido en el dulce conocimiento de mi bondad y en la amargura y contricción de mi corazón, conociéndose uno a sí mismo y conociendo sus propias culpas. Este conocimiento engendra odio y aborrecimiento del pecado y de los propios sentidos, por lo que se juzga digno de las penas e indigno de la recompensa, sufren con paciencia. Así comprendes el modo de satisfacer.


Santa Catalina de Siena

viernes, 1 de febrero de 2013

"A sus ángeles ha dado órdenes..."




A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en sus caminos. Estas palabras deben inspirarte una gran reverencia, deben infundirte una gran devoción y conferirte una gran confianza. Reverencia por la presencia de los ángles, devoción por su benevolencia, confianza por su custodia, porque ellos están presentes junto a ti, y lo están para tu bien. Están presentes para protegerte, lo están en beneficio tuyo. Y, aunque lo están porque Dios les ha dado esta orden, no por ello debemos de estarles agradecidos, pues que cumplen con tanto amor esta orden y nos ayudan en nuestras necesidades, que son tan grandes.


San Bernardo