Ut Ómnibus Glorificetur Deus (para que en todo sea glorificado Dios).

Santa Regla de San Benito, capítulo 57.

jueves, 31 de octubre de 2019

El matrimonio de Dios



... El corazón del hombre es tan limitado que, una vez que entra la pasión del deseo o del dolor, ya no queda espacio para Dios; y, al contrario, si esa memoria del corazón se enriquece con la luz y el amor de Cristo ya no queda espacio para las pasiones del cuerpo o del espíritu y, por tanto, para la villanía, la tristeza o la turbación. El matrimonio de Dios es tal que ya no hay cabida para uniones adulterinas.

Nilo de Ancira

jueves, 24 de octubre de 2019

Obediencia


 La voluntad de la obediencia total a Dios, seguimiento de Cristo, sufrimientos de la vida y muerte consagrados como un sacrificio por obediencia, transformación interior que hace entrar con Cristo en el santuario de Dios, intercesión por nuestros hermanos ante Dios, perseverancia en la fe y la esperanza. Para nosotros también nuestra vida entera debe ser nuestro sacrificio.

Por un Cartujo

sábado, 19 de octubre de 2019

Consagración



Nuestra consagración religiosa es sacerdotal. En este sentido, un hermano o una monja viven en plenitud la participación del sacerdocio de Cristo que les da el bautismo. El sacerdocio ministerial se situa a otro nivel. Confiere una participación en el papel de Cristo en cuanto a cabeza, y alcanza su perfección cuando el corazón y la vida del sacerdote están plenamente conformes en todo con los de Cristo: entonces, sacerdote y hostia no son más que uno.


Por un Cartujo

lunes, 14 de octubre de 2019

Las santas virtudes



Las santas virtudes se comparan a la escala que vio Jacob; y los vicios opuestos a la santidad, con las cadenas que cayeron de las manos de Pedro, el jefe de los apóstoles. Las virtudes, enlazadas la una con la otra, llevan hasta el cielo al que las escoge; pero es propio de los vicios engendrarse unos a otros y entrabarse mutuamente.

Juan Clímaco

jueves, 10 de octubre de 2019

Renuncio al diablo y a sus obras



Cuando se te interrogó: "¿RENUNCIAS AL DIABLO Y A SUS OBRAS?", ¿Qué respondiste?: "RENUNCIO"; ¿RENUNCIAS AL MUNDO Y A SUS PLACERES?, ¿Qué respondiste?: "RENUNCIO". [...]
Has renuciado, pues, al mundo, renunciaste al siglo. ¡Manténte vigilante! El que debe dinero tiene en cuenta siempre su garantía. Y tú, que debes la fe a Cristo, conserva la fe, que vale mucho más que el dinero. La fe, en efecto, es una riqueza eterna; el dinero en cambio, temporal. Por tanto, recuerda también siempre lo que has prometido; serás más cauto. Si mantienes tu promesa guardarás también tu garantía.
  
Ambrosio de Milán

viernes, 4 de octubre de 2019

Confianza


 Dióseme a entender cuán empleada es esta guerra y contienda por tal premio (la vida eterna) y parecióme tenía lástima el Señor de los que vivimos en el mundo; más que no pensase yo me tenía olvidada, que jamás me dejaría; más que era menester hiciese yo lo que es en mí.

Santa Teresa de Jesús