Ut Ómnibus Glorificetur Deus (para que en todo sea glorificado Dios).

Santa Regla de San Benito, capítulo 57.

jueves, 29 de diciembre de 2022

martes, 27 de diciembre de 2022

El llanto de Dios


 

Y la Madre estaba en pasmo de que tal trueque veía: el llanto del hombre en Dios, y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía.


SAN JUAN DE LA CRUZ. 

Romance a la Trinidad.

Feliz Navidad



 Y está tan solícito en regalar, como si Él fuese un esclavo y ella fuese su Dios: ¡tan profunda es la humildad y dulzura de Dios!


SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico 27. 1


martes, 13 de diciembre de 2022

Con las manos vacías



En la tarde de esta vida,

compadeceré delante de vos con las manos vacías.


SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS Y S.F.

jueves, 24 de noviembre de 2022

Nada en contra del hermano



 Decía abba Agatón: "Nunca me he dormido teniendo algo en contra de alguien, y en cuanto dependió de mí, no he dejado que nadie se durmiese teniendo algo contra mí".

PP. del Desierto.

APOSTOLADO MARIANO.

domingo, 3 de julio de 2022

Desde la pequeñez


Lo que agrada a Dios,

de mi pequeña alma, es que ame mi pequeñez y mi pobreza.

Es la esperanza ciega que tengo en su Misericordia.
 

SANTA TERESA DE LISIEUX

domingo, 26 de junio de 2022

martes, 8 de marzo de 2022

La voz del Señor


 

¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? (Sal 33, 13; cf. 1P 3, 10). Y si tú al oírlo respondes: "yo". Dios te dice:

"Si deseas tener vida eterna y verdadera, guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella" (Sal 33, 14-15). Y cuando esto hiciereis, mis ojos se fijarán en vosotros y mis oídos atenderán vuestras súplicas (Sal 33, 16), y antes de que me invoquéis, os diré: Aquí estoy (cf. Is 58,9; 65, 24). ¿Qué cosa más dulce para nosotros, hermanos, que esta voz del Señor que nos invita? Ved cómo el Señor, en su piedad, nos muestra el camino de la vida. Ceñidos, pues, con la fe y la observancia de las buenas obras, y tomando por guía el Evangelio, sigamos sus caminos, para que merezcamos ver a aquel que nos llamó a su reino.

Y si queremos habitar en la morada de su reino, sepamos que no llegaremos allí sino corriendo con las buenas obras. Pero preguntemos al Señor con el profeta, diciéndole, Señor quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo? (Sal 14,1). Hecha esta pregunta, hermanos, oigamos al Señor que nos pone en guardia, nuevamente nos responde y nos muestra el camino de su tabernáculo, diciendo: El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino (Sal 14, 2-3); el que rechazando del área de su corazón al diablo maligno y tentador, lo redujo a la nada junto con su misma sugestión (cf. Sal 14,4; Vg.), frenó sus nacientes designios y los estrelló contra Cristo; los que, temiendo al Señor, no se engríen de su buena observancia, antes convencidos de que esos mismos bienes que ven ellos no proceden de sí mismos, sino que son obra del Señor, magnifican al Señor que actúa en ellos, diciendo con el profeta: No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria (Sal 113,9). Como tampoco el apóstol Pablo se adjudicó los frutos de su predicación, diciendo: Por la gracia de Dios soy lo que soy (1Co 5,10).

RB. Pról. 14-32 

miércoles, 12 de enero de 2022

La voz del Desierto


 El abad Isaac ha dicho:

"Conozco un monje que, mientras trabajaba en la siega de trigo, le apeteció comerse los granos de una espiga. Le preguntó al propietario si se lo permitía. A lo cual respondió:

"Padre, pero si este campo está por entero a vuestra disposición. ¿Por qué me pedís permiso?"

Hasta tal punto llegaba la delicadeza de aquel monje".

[Isaac 4.]


PP. del DESIERTO

EDITORIAL ARCA DE LA SABIDURÍA.


Adorado y alabado sea el Santísimo NOMBRE DE JESÚS. Amén.