Caminaba él con sus discípulos, y uno de ellos encontró una arveja verde. Le preguntó al anciano: "Padre, ¿no me dices que la tome?". Lo miró el anciano asombrado y le dijo: "¿tú la pusiste allí?". Respondió el hermano: "No". El anciano le dijo: "¿Cómo deseas tomar lo que tú no pusiste?".