El corazón del desierto es el desierto del corazón.
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS Y S.F.
Y la Madre estaba en pasmo de que tal trueque veía: el llanto del hombre en Dios, y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía.
SAN JUAN DE LA CRUZ.
Romance a la Trinidad.
Y está tan solícito en regalar, como si Él fuese un esclavo y ella fuese su Dios: ¡tan profunda es la humildad y dulzura de Dios!
SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico 27. 1
En la tarde de esta vida,
compadeceré delante de vos con las manos vacías.
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS Y S.F.