Ut Ómnibus Glorificetur Deus (para que en todo sea glorificado Dios).

Santa Regla de San Benito, capítulo 57.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Modo en que se manifiesta Dios al alma que le ama.



[...] Mis principales manifestaciones son tres. La primera es por mi afecto y mi caridad, mediante el Verbo de mi Hijo unigénito. Este afecto y esta caridad se manifiesta en la sangre derramada con tan ardiente amor. La caridad se manifiesta de dos maneras. Una es general, común a todos, es decir, para los que se hallan en la caridad común; se les manifiesta al verla y reconocerla en los muchos y diversos beneficios que de mí reciben. La otra manera es particular, para los que se han hecho amigos. Además de la manifestación común, ellos gustan, reonocen, experimentan y sienten esta caridad en las almas.


Santa Catalina de Siena

viernes, 27 de diciembre de 2019

Caridad perfecta



Ellos (los religiosos) se vinculan más estrechamente al servicio de la Iglesia y se esfuerzan por llegar a la madurez de la plenitud de Cristo.

Por un Cartujo

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Santa obediencia



La ascesis es maestra del orgullo, pero la obediencia es mensajera de humildad.

Santa Sinclética

domingo, 22 de diciembre de 2019

Exilio voluntario



Cuando nos apartemos del mundo elijamos los lugares más humildes y menos expuestos a la vanagloria, los más apartados de las consolaciones del mundo. Si no lo hacemos así, agarraremos vuelo con nuestras pasiones.

Juan Climaco

viernes, 20 de diciembre de 2019

Obediencia



Toda nuestra actividad nazca siempre de la fuente interior, a ejemplo de Cristo, que siempre actúa con el Padre, de modo que el mismo Padre haga las obras permaneciendo en Él. Así seguiremos a Cristo en su vida humilde y oculta de Nazaret, tanto cuando oramos a Dios en lo secreto, como cuando trabajamos por obediencia en su presencia.

Por un Cartujo

jueves, 19 de diciembre de 2019

La cólera




Si al Espíritu Santo se le dice paz del alma -y lo es en efecto- y si la cólera es llamada -y es- perturbación del corazón, nada se opone tanto a la venida del Espíritu Santo en nosotros como la cólera.


Juan Clímaco

lunes, 16 de diciembre de 2019

Vamos a Él



3Conoce el buey a su amo, y el asno, el pesebre de su dueño. (Is 1,3)

El que llenaba el mundo no encontraba lugar...; puesto en el pesebre, se convirtió en vianda para nosotros. Acérquense al pesebre dos animales, es decir, dos pueblos, pues "el buey reconoció a su amo, y el asno el pesebre de su dueño". Fíjate en el pesebre; no te avergüences de ser jumento para el Señor. Llevarás a Cristo, no errarás la marcha por el camino: sobre ti va sentado el camino. ¿Os acordáis de aquel asno presentado al Señor? Nadie sienta vergüenza; aquel asno somos nosotros. Vaya sentado sobre nosotros el Señor y llámenos para llevarle a donde Él quiera. Somos su jumento y vamos a Jerusalén. Siendo Él quien va sentado, no nos sentimos oprimidos, sino elevados; teniéndole a Él por guía, no erramos: vamos a Él por Él; no perecemos. 

San Agustín
(LA BIBLIA COMENTADA POR LOS PADRES DE LA IGLESIA) 

miércoles, 4 de diciembre de 2019

¿Qué es la Lectio?



...¿qué es la Lectio?..., si tomamos la Lectio en su sentido primitivo, no es simplemente una lectura espiritual, aunque muchos hoy día la identifican. Tal como la entiendo, la Lectio es una forma especial de lectura espiritual. Es una lectura sin prisas, meditativa, que compromete toda la persona y le ayuda a ponerse en contacto con Dios.

Es sin prisas en el sentido de que no busca leer un número determinado de páginas y ni siquiera una página. No se busca la información ni formar conceptos por sí mismos. El valor de la Lectio no está en que nos dé ideas nuevas, sino por lo que nos ayuda en llegar a ser.

Es meditativa, es decir, hecha en una actitud de oración, de recogimiento, y entretejida de oración...

Es una lectura que compromete a toda la persona, no sólo a la inteligencia, sino también a la imaginación, el corazón y el cuerpo...

Es una lectura orientada a la comunión con Dios. Cuando buscamos conocimiento, en razón de nuestra formación, tenemos tendencia a buscar conceptos claros que podamos coger, dominar y luego analizar. Pero hay otro tipo de conocimiento que es una especie de comunión, un "estar-con". En éste no se trata de reflexionar, al menos por el momento, sino de consentir. Podríamos  calificar este conocimiento de existencial y experimental. Es el fruto propio que pretende la Lectio, especialmente cuando leemos la Biblia, Palabra inspirada de Dios.


Dom Ambrose Southey


domingo, 1 de diciembre de 2019

El deseo de Dios



Mi deseo es veros en todo lo que me rodea, no pensar más que en tu Amor infinito hacia a mí, y tenerte siempre presente, lo mismo en el sueño que en la vigilia, cuando río y cuando lloro... teniéndote a Ti lo tengo todo.

San Rafael Arnáiz Barón

jueves, 31 de octubre de 2019

El matrimonio de Dios



... El corazón del hombre es tan limitado que, una vez que entra la pasión del deseo o del dolor, ya no queda espacio para Dios; y, al contrario, si esa memoria del corazón se enriquece con la luz y el amor de Cristo ya no queda espacio para las pasiones del cuerpo o del espíritu y, por tanto, para la villanía, la tristeza o la turbación. El matrimonio de Dios es tal que ya no hay cabida para uniones adulterinas.

Nilo de Ancira

jueves, 24 de octubre de 2019

Obediencia


 La voluntad de la obediencia total a Dios, seguimiento de Cristo, sufrimientos de la vida y muerte consagrados como un sacrificio por obediencia, transformación interior que hace entrar con Cristo en el santuario de Dios, intercesión por nuestros hermanos ante Dios, perseverancia en la fe y la esperanza. Para nosotros también nuestra vida entera debe ser nuestro sacrificio.

Por un Cartujo

sábado, 19 de octubre de 2019

Consagración



Nuestra consagración religiosa es sacerdotal. En este sentido, un hermano o una monja viven en plenitud la participación del sacerdocio de Cristo que les da el bautismo. El sacerdocio ministerial se situa a otro nivel. Confiere una participación en el papel de Cristo en cuanto a cabeza, y alcanza su perfección cuando el corazón y la vida del sacerdote están plenamente conformes en todo con los de Cristo: entonces, sacerdote y hostia no son más que uno.


Por un Cartujo

lunes, 14 de octubre de 2019

Las santas virtudes



Las santas virtudes se comparan a la escala que vio Jacob; y los vicios opuestos a la santidad, con las cadenas que cayeron de las manos de Pedro, el jefe de los apóstoles. Las virtudes, enlazadas la una con la otra, llevan hasta el cielo al que las escoge; pero es propio de los vicios engendrarse unos a otros y entrabarse mutuamente.

Juan Clímaco

jueves, 10 de octubre de 2019

Renuncio al diablo y a sus obras



Cuando se te interrogó: "¿RENUNCIAS AL DIABLO Y A SUS OBRAS?", ¿Qué respondiste?: "RENUNCIO"; ¿RENUNCIAS AL MUNDO Y A SUS PLACERES?, ¿Qué respondiste?: "RENUNCIO". [...]
Has renuciado, pues, al mundo, renunciaste al siglo. ¡Manténte vigilante! El que debe dinero tiene en cuenta siempre su garantía. Y tú, que debes la fe a Cristo, conserva la fe, que vale mucho más que el dinero. La fe, en efecto, es una riqueza eterna; el dinero en cambio, temporal. Por tanto, recuerda también siempre lo que has prometido; serás más cauto. Si mantienes tu promesa guardarás también tu garantía.
  
Ambrosio de Milán

viernes, 4 de octubre de 2019

Confianza


 Dióseme a entender cuán empleada es esta guerra y contienda por tal premio (la vida eterna) y parecióme tenía lástima el Señor de los que vivimos en el mundo; más que no pensase yo me tenía olvidada, que jamás me dejaría; más que era menester hiciese yo lo que es en mí.

Santa Teresa de Jesús

jueves, 19 de septiembre de 2019

Perseguidores de la Iglesia



Te dije que me herían, y es verdad. En su interior me persiguen como pueden. No es que yo en mí pueda recibir lesión alguna, ni ser herido por ellos, pero lo hacen como la piedra, que arrojándola, no es recibida, sino que se vuelve contra el que la arroja. Así los heridos por sus ofensas, los que arrojan la pestilencia, no me pueden hacer daño, sino que vuelve contra ellos la saeta envenenada de la culpa. Esta les priva de la gracia en esta vida, perdiendo el fruto de la sangre, y en el último momento, si no se enmiendan con santa confesión y contricción de corazón, llegan a la condenación eterna, separados de mí y ligados al demonio. Esos malvados han hecho una alianza con él, ya que bien pronto el alma queda privada de la gracia y unida al pecado. Esta unión es odio a la virtud y amor al vicio. La han hecho, por medio del libre albedrío, en manos del demonio, y así los sujeta, que de otro modo no podrían ser aprisionados por él.
Por este lazo, los perseguidores de la sangre se hallan unidos con otros, y, como miembros ligados al demonio, han tomado el oficio de demonios. Estos se ingenian para pervertir a mis criaturas, arrebatarles la gracia y reducirlas a la culpa del pecado mortal para que el mal que ellos padecen lo padezcan también las criaturas. Obran así, ni más ni menos, porque, como miembros del demonio, van provocando la rebelión de los hijos de la esposa de Cristo...

  
Santa Catalina de Siena

jueves, 12 de septiembre de 2019

Santísimo Nombre de María


Después de la natividad, de la lactancia y de la niñez, los pañales dan paso a la juventud florida y Dios dispone para María una habitación a modo de cámara nupcial, reservándose para sí lo más sagrado y augusto de este santuario. Por esto las vírgenes más próximas a ella danzan a coro, dando a conocer lo que ya está a punto de producirse. Por eso las hijas de Sión avanzan presurosas por delante de la reina, esparciendo perfumes, y el sagrado templo abre, con entusiasmo, sus puertas santas, para recibir a la que es gloria imperial del universo. En este momento se abre el Santo de los santos, acogiendo en su interior a la madre del que es la misma santidad. Se dispone para ella un nuevo manjar y, sin intervención de mano humana, la alimenta todo el tiempo, aquel que, dentro de poco ha de nutrirse con su leche. El Espíritu Santo es quien cuida a la Virgen, hasta que ella sea manifestada a Israel. Cuando llegó el tiempo de los desposorios, a ella, nacida de la estirpe de David, la tomó por esposa José, también descendiente de David, y, en vez de recibir ella una simiente humana, recibió la palabra de Gabriel; concibió sin unión carnal y tuvo un hijo no engendrado por un padre terreno; permaneció casta y sin violación de su seno, preservándola y guardando los sellos de su virginidad, incluso después del parto, aquel que nació de ella, o sea Cristo, Jesús nazareno, el que vino a este mundo. Él es el Dios verdadero y la Vida eterna, al cual sea la gloria, el honor y la adoración, junto con el Padre y el Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Andrés de Creta
(Biblioteca de Patrística)

Alabado sea Jesucristo 

domingo, 8 de septiembre de 2019

Natalicio de Nuestra Señora



 Rebajándose el Hijo de Dios y tomando maravillosamente nuestra forma, nosotros hemos recibido la plenitud y, por este cambio y asunción de nuestro barro, nosotros hemos sido divinamente enriquecidos. Alégrense hoy en verdad todas las cosas y salte de gozo la naturaleza. Exulte el cielo desde arriba y las nubes derramen la justicia; los montes destilen dulzura y regocíjense las colinas (Cf Is 45,8; Jl 3,18; Am 9,13), porque el Señor ha tenido misericordia de su pueblo, habiendo suscitado para nosotros, en la casa de David su siervo, una fuerza de salvación (Lc 1, 69) que esta Virgen purísima, que no conoció varón y de la cual nació Cristo, salvación y esperanza de los pueblos.

 Andrés de Creta
(Biblioteca de Patrística) 

jueves, 29 de agosto de 2019

Desprendimiento del "yo"



"Verdaderamente, hermana querida, gran cosa y enorme misericordia de Dios, es verse inútil y verse humillado por no servir para nada; no poder seguir la Regla y estar enfermo.

Si vieras cuánto le agradezco al Señor todo esto. Con qué delicadeza me ha hecho ver mi amor propio; me ha dado a conocer mis enormes imperfecciones; ha sido necesario que el Señor me pusiera en este estado, para que abriera bien los ojos, para que desterrara mis deseos, incluso el de ser trapense; para que me abandonara en sus manos; para que le amara más y más cada día...
Ha sido necesaria mi enfermedad para así verme sujeto al mundo; sujeto a las criaturas; sujeto a mis achaques y flaquezas; vivir de limosna y caridad y colgado de la mano de Dios. ¡Qué gran misericordia, Señor! ¡Que ciego estaba!"

Hermano Rafael

miércoles, 21 de agosto de 2019

La ciencia de la cruz


Queremos una cruz y esa no es la que nos conviene, pues es la nuestra. Debemos querer la de Dios, la que Él nos envíe.

Hermano Rafael

miércoles, 14 de agosto de 2019

Santo abandono


 Deja lo pasado a la Misericordia de Dios a medida que va pasando, y lo por venir abandónalo a su paternal Providencia. Nosotros no tenemos a nuestra disposición más que el presente.

 Beato Luís Boccardo

jueves, 23 de mayo de 2019

La oración



 Quisiera tener licencia para decir muchas veces que en este tiempo falté a Dios, por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración.

Santa Teresa de Ávila

domingo, 14 de abril de 2019

Jesús y la mujer samaritana



Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: "Dame de beber". Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice la mujer samaritana: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?" (Porque los judíos no se trataban con los samaritanos) (Jn, 4, 5-9).

Si aquella mujer hubiera leído bien, sin prejuicios, el Antiguo Testamento, le habría bastado para distinguir, detrás de aquel embozo de carne, la voz del gran Amante. Era su estilo, su escena preferida: de rodillas, sediento, mendigando agua... Era el Señor. Después de su resurrección, el apóstol Juan, que estaba enamorado y tenía un corazón limpio como la nieve, le reconocería gracias a esta misma escena (cf. Jn 21, 7)...

A la vez, si queremos estar a la altura del guión y del Guionista, nunca debríamos perder el asombro eterno de la samaritana: ¿Cómo tú...?, es decir: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? (Sal 8, 5). ¡Cuántas repuestas encierra esta pregunta!

Todos estos acontecimientos, y otros muchos producidos a lo largo de los siglos, habían venido preparando el camino para la puesta en escena final, en que la Humanidad entera contemplaría la definitiva declaración de amor realizada por un Dios loco y apasionado ante el alma del hombre en pecado. Sobre el terrible escenario del Monte de la Calavera tendrá lugar la representación más sobrecogedora del Amor divino.


José-Fernando Rey Ballesteros

lunes, 18 de febrero de 2019

Tiempo de guerra y tiempo de paz


Tiempo de guerra y tiempo de paz. Mientras estamos en este mundo, es tiempo de guerra; cuando hayamos emigrado del mundo, vendrá el tiempo de paz. Pues el lugar de Dios está en la paz, y Jerusalén, nuestra ciudad, recibe su nombre de la palabra "paz". Así, pues, nadie se sienta seguro; en tiempo de guerra hay que ceñirse y usar las armas de los apóstoles para que, una vez vencedores, descansemos en paz.

San Jerónimo

lunes, 7 de enero de 2019

La oración



En la oración, tenemos que dirigir nuestro corazón a Dios para entregarnos a Él como ofrenda que debe ser purificada y transformada.

San Gregorio Nacianceno