Ut Ómnibus Glorificetur Deus (para que en todo sea glorificado Dios).

Santa Regla de San Benito, capítulo 57.

jueves, 26 de marzo de 2020

Pecados como la grana



1, 8Aunque vuestros pecados fuesen como la grana (Isaías 1, 18).

PERMITE QUE TU HERIDA SEA CURADA. Si has tocado el fondo de toda maldad humana, di para ti mismo: Dios está lleno de amor hacia los hombres y quiere nuestra salvaccón... No desesperemos nunca; el peligro no está en caer, sino en no levantarse de la caída. El peor mal no consiste en la herida que sufrimos, sino en no permitir curarla... No digo estas cosas para haceros más negligentes, sino para que nunca desesperéis de vuestra salvación.

San Juan Crisóstomo  
(LA BIBLIA COMENTADA POR LOS PADRES DE LA IGLESIA) 

sábado, 21 de marzo de 2020

Hay que aplastar la cabeza de la serpiente



La tierra en la que entréis es mutable, pues las gentes que la habitan están continuamente cambiando. En efecto, apenas adquirido el hábito de la virtud, nos damos cuenta de que tendemos a su contrario y de que ya no somos virtuosos como antes, pues la tierra -es decir, nosotros- es mutable. Por eso, la mente no debe de dejar, desde el principio, el paso expedito a fantasías que son por naturaleza nocivas a la actividad racional. Tampoco debemos permitir que baje a Egipto para ser arrastrada después con violencia por los asirios; porque si la mente se deja llevar hacia la oscuridad de los pensamientos impuros (esto es lo que significa simbólicamente Egipto) aunque no lo quiera, se verá arrastrada a obrar según el impulso de las pasiones. Por eso, el Legislador, sirviéndose de una imagen y con el propósito de cerrar las puertas al placer, mandó prestar atención a la cabeza de la serpiente; pues cuando ella mira nuestro calcañar, se atribuye a su mirada una eficacia operativa: la de poder inyectarnos el veneno de su boca, a no ser que nos hagamos con ella. A nosotros, por tanto, corresponde el empeño por aplastar el impulso mismo del placer, porque, triturando éste, su vigor se debilita.

Nilo de Ancira

miércoles, 18 de marzo de 2020

El silencio



El silencio es una de las prácticas ascéticas más recomendadas por los Padres del desierto: Si guardas silencio, hallarás reposo en cualquier parte (Poimen, 8). A veces lo observan con un rigor que parece descortesía, pero estiman que el silencio es más edificante aún que la palabra. Con todo, no es un fin en sí mismo; debe de subordinarse al amor de Dios y del prójimo:El que habla por amor de Dios hace el bien; el que calla por amor de Dios también hace el bien (Poimen 147). Lo que importa, tanto al hablar como al callar, es hacerlo por motivos sobrenaturales.

Nilo de Ancira
(BIBLIOTECA DE PATRÍSTICA. EDITORIAL CIUDAD NUEVA)

viernes, 13 de marzo de 2020

La felicidad de conocer el camino



No hay alternativa: o bien, corriendo a la caza de la satisfación psicofísica y del confort, uno se aleja de Dios y, en consecuencia, muere espiritualmente; o bien, siguiendo nuestro impulso hacia una forma sobrenatural de ser, se muere a este mundo. En este "morir" está nuestra cruz, nuestra crucifixión. Muchos, en el esfuerzo por alcanzar la realización del ideal que persiguen, "se pierden", ya que no se trata más que de un triunfo temporal. El cristiano, por su parte, en la libertad que su espíritu inmmortal ha encontrado en Dios, está dispuesto a sufrir para realizar la verdad suprema. En esto está su dignidad, que no encuentra parangón en el mundo natural. 

Archimandrita Sophrony
Alabado sea Jesucristo

lunes, 9 de marzo de 2020

La riqueza del sabio



2Abrahán era muy rico en ganado, plata y oro. (Génesis 13,2).

RIQUEZAS ESPIRITUALES.  "Era muy rico", como es natural a quien no le faltaba nada, a quien no deseaba los bienes ajenos, ya que no necesitaba de nada que desease considerar como suyo propio. En realidad ser rico significa tener lo que basta para satisfacer los propios deseos; efectivamente, la frugalidad tiene una medida, la riqueza en cambio no la tiene, puesto que su medida queda al arbitrio de quien busca el tener. Era rico en ganados, plata y oro. ¿Qué significa esto? No me parece que se quieran alabar en su nombre justo las riquezas del mundo. Así pues, considero que los ganados son los sentidos del cuerpo, porque ellos son irracionales; la plata es la palabra, el oro es la mente. Con razón Abrahán era rico, porque gobernaba sus sentidos irracionales. En efecto, él los domó y los hizo dóciles para que llegarán a ser racionales. Su palabra tenía la brillanted de la fe, purificada por la gracia de la disciplina espiritual; tenía su mente llena de prudencia. Y por esto es por lo que la mente buena es comparada al oro, porque así como el oro es el más preciado de todos los demás metales, así también la mente buena es la mejor parte entre las que componen la sustancia del hombre.

Ambrosio,  Sobre Abrahán, 2,5, 20-23.
(LA BIBLIA COMENTADA POR LOS PADRES DE LA IGLESIA)
 Alabado sea Jesucristo  

sábado, 7 de marzo de 2020

Santa obediencia



Cuando a los perezosos les parece que son duras las cosas que les mandan, entonces alaban la virtud de la oración; pero cuando son cosas fáciles, entonces huyen de la oración como del fuego.

Juan Clímaco
LA ESCALA ESPIRITUAL, 2º EDICIÓN; EDICIONES MONTECASINO

Alabado sea Jesucristo 

jueves, 5 de marzo de 2020

Las tres tentaciones



4,9    Todas las cosas te daré... (Mt 4,9)

LAS TRES TENTACIONES. Considerando con atención el orden que sigue el demonio en sus tentaciones, veamos con qué grandeza somos liberados de ellas. Con tres géneros de tentaciones incitó nuestro enemigo común a nuestro primer padre, a saber: con la gula, con la vanagloria y con la avaricia; pero al tentarlo lo venció, porque lo sometió por el consentimiento. Lo tentó con la gula cuando le enseñó la fruta del árbol prohibido y le aconsejó que comiera de ella. Lo tentó con la vanagloria cuando le dijo: "Seréis como dioses". Y lo tentó con la avaricia cuando le dijo: "Conoceréis el bien y el mal". Porque no es sólo la avaricia el deseo de riqueza, sino también el deseo de ocupar puestos elevados. Con razón, pues, se califica de avaricia el deseo inmoderado de ser más. Si el robo del honor no fuera avaricia, de ninguna manera hubiera dicho san Pablo del Hijo unigénito de Dios: "No juzgó robo el considerarse igual al Padre". El diablo llegó hasta hacer ensobercerse a nuestro primer padre, porque excitó en él la codicia de la preeminencia.

Pero por los medios con que el diablo venció al primer hombre, por los mismos fue vencido por el segundo hombre tentado. Lo tentó por la gula cuando le dijo: "Di que estas piedras se conviertan en pan". Lo tentó por la vanagloria diciendo: "Si eres Hijo de Dios échate abajo". Lo tentó por la avaricia cuando, enseñándole todos los reinos de este mundo, le dijo: "Todas estas cosas te daré si, postrándote, me adoras". Mas por los mismos modos con que se gloriaba de haber vencido al primer hombre, fue vencido por el segundo; para que salga aprisionado de nuestros corazones por la entrada misma por donde se había introducido en ellos y no tenía prisioneros [...].

GREGORIO MAGNO,  Homilías sobre los Evangelios, 16, 2-3
(LA BIBLIA COMENTADA POR LOS PADRES DE LA IGLESIA) 

Alabado sea Jesucristo