Ut Ómnibus Glorificetur Deus (para que en todo sea glorificado Dios).

Santa Regla de San Benito, capítulo 57.

jueves, 27 de junio de 2013

Su combate personal




El apóstol vive el mismo cotidianamente este combate, que evoca en términos misterios:

Un ángel de satanás está encargado de abofetearme (2Co 12, 7).

Sabe que satán tiende trampas a los cristianos hasta en su generosidad. Esposos que viven la ascesis por un tiempo de ayuno sexual deben estar en guardia para que Satán no se valga de su continencia para tentarlos (1Co 7, 5). Es preciso estar atentos a sus ardides (2Co11, 13) y a la seducción de sus acólitos: los "superapóstoles" que vienen a la comunidad a predicar otro evangelio (2Co 11, 4-6).

No déis ninguna oportunidad al diablo, dice a los Efesios (4, 27). Y para eso revestíos de la armadura de Dios, para que podáis resistir a las maniobras del diablo (2Co 6, 11-12).



René Laurentin

miércoles, 26 de junio de 2013

Intensidad del amor de Dios a su pueblo




Yo soy el Señor, Dios tuyo, Dios celoso (Ex 20, 5). Considera la benignidad de Dios, como, para enseñarnos y hacernos perfectos, no rechaza la debilidad de las pasiones humanas. ¿Quién, al oír Dios celoso no se admirará al momento y creerá que se trata de un vicio de fargilidad humana?
Dios hace y sufre todo por nosotros y para que podamos ser enseñados, habla de pasiones que nos son conocidas y familiares. Veamos, pues, qué quiere decir: Soy un Dios celoso. (...) Y se llama Dios celoso porque no tolera que el alma que se ha entregado a Él se mezcle con los demonios.



Orígenes

domingo, 2 de junio de 2013

... el Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada




¡Dichosa la amplitud de aquella alma y dichoso el camino pavimentado de aquella mente donde el Padre y el Hijo y sin duda el Espíritu Santo descansan, comen y hacen morada! ¿Con qué medios y con qué recursos crees que se mantiene a tales convidados? Allí la paz es el primer manjar; la humildad se sirve a la vez que la paciencia; también la mansedumbre y la apacibilidad, y la suma de toda suavidad: la pureza de corazón. Sin embargo, en este banquete el puesto principal lo ocupa el amor. Y así es como en esta tercera interpretación hemos podido referir también a cada alma aquello que dijo: Imitaciones de oro te haremos, con realces de plata, mientras el rey esté en su lecho (Ct 1, 11-12).




Orígenes