1, 8Aunque vuestros pecados fuesen como la grana (Isaías 1, 18).
PERMITE QUE TU HERIDA SEA CURADA. Si has tocado el fondo de toda maldad humana, di para ti mismo: Dios está lleno de amor hacia los hombres y quiere nuestra salvaccón... No desesperemos nunca; el peligro no está en caer, sino en no levantarse de la caída. El peor mal no consiste en la herida que sufrimos, sino en no permitir curarla... No digo estas cosas para haceros más negligentes, sino para que nunca desesperéis de vuestra salvación.
San Juan Crisóstomo
(LA BIBLIA COMENTADA POR LOS PADRES DE LA IGLESIA)
No hay comentarios:
Publicar un comentario