Cuando se te interrogó: "¿RENUNCIAS AL DIABLO Y A SUS OBRAS?", ¿Qué respondiste?: "RENUNCIO"; ¿RENUNCIAS AL MUNDO Y A SUS PLACERES?, ¿Qué respondiste?: "RENUNCIO". [...]
Has renuciado, pues, al mundo, renunciaste al siglo. ¡Manténte vigilante! El que debe dinero tiene en cuenta siempre su garantía. Y tú, que debes la fe a Cristo, conserva la fe, que vale mucho más que el dinero. La fe, en efecto, es una riqueza eterna; el dinero en cambio, temporal. Por tanto, recuerda también siempre lo que has prometido; serás más cauto. Si mantienes tu promesa guardarás también tu garantía.
Ambrosio de Milán
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