jueves, 29 de agosto de 2019
Desprendimiento del "yo"
"Verdaderamente, hermana querida, gran cosa y enorme misericordia de Dios, es verse inútil y verse humillado por no servir para nada; no poder seguir la Regla y estar enfermo.
Si vieras cuánto le agradezco al Señor todo esto. Con qué delicadeza me ha hecho ver mi amor propio; me ha dado a conocer mis enormes imperfecciones; ha sido necesario que el Señor me pusiera en este estado, para que abriera bien los ojos, para que desterrara mis deseos, incluso el de ser trapense; para que me abandonara en sus manos; para que le amara más y más cada día...
Ha sido necesaria mi enfermedad para así verme sujeto al mundo; sujeto a las criaturas; sujeto a mis achaques y flaquezas; vivir de limosna y caridad y colgado de la mano de Dios. ¡Qué gran misericordia, Señor! ¡Que ciego estaba!"
Hermano Rafael
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