Permanece asiduamente en tu santuario interior... No te des nada con exceso, conténtate con el uso sencillo de las cosas presentes de las que hay que hay que ocuparse cuando es preciso, sin que tu corazón se pegue a ellas. Remite a Dios enseguida todo acontecimiento triste o alegre, vive sin multiplicidad...Rechaza todo impedimento. No desees complacer a nadie, salvo sólo a Dios. Elige con María la mejor parte, no vagabundees de aquí para allá...Vuelve sin cesar a la soledad, a la conversación interior. El que tu buscas no puede encontrarlo ningún sentido ni ninguna inteligencia, sólo las almas puras lo reciben.
Juan Lanspergio
No hay comentarios:
Publicar un comentario