Un hermano se llegó a donde estaba abba Pastor y le dijo: "Abba, tengo innumerables pensamientos y ellos me ponen en peligro". El anciano lo llevó fuera y le dijo: "Llena tu pecho y retiene el aire". Pero aquél le dijo: "No puedo". El anciano le dijo: "Si no puedes hacer esto, tampoco puedes impedir que lleguen a ti los pensamientos, más el resistirlos depende de ti".
PP. del Desierto
Edit. Apostolado Mariano
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