Ut Ómnibus Glorificetur Deus (para que en todo sea glorificado Dios).

Santa Regla de San Benito, capítulo 57.

domingo, 10 de octubre de 2021

Humildad

 

La divina Escritura, hermanos, proclama: Todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido (Lc 14,11). Al decir esto, declara que toda exaltación es una especie de soberbia, de la que el profeta indica que se cuidaba, diciendo: Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros. Y prosigue diciendo: No pretendo grandezas que superen mi capacidad (Sal 130,1). ¿Qué, pues? Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre (Sal 130,2).

Por tanto, hermanos, si queremos alcanzar la cima de la suprema humildad y deseamos llegar velozmente a aquella celestial exaltación, a la que se asciende por la humildad de la presente vida, hemos de erigir con el movimiento ascendente de nuestros actos aquella escala que, erguida al cielo, en sueños se le apareció a Jacob, por la cual veía subir y bajar ángeles. Ciertamente no entendemos otra cosa en este bajar y subir, sino la comprobación de que por la exaltación se baja y por la humildad se sube.


Regla de San Benito, cap. 7, 1-3

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